Implantes dentales
Tratamiento con implantes dentales para recuperar funcionalidad y estética con soluciones personalizadas, duraderas y mínimamente invasivas.
La implantología oral es una rama de la odontología que se encarga de la colocación de implantes dentales. Los implantes son “raíces” artificiales que se colocan en el hueso maxilar para sustituir dientes perdidos o deteriorados. Generalmente están fabricados con titanio u otros materiales biocompatibles, y actúan como soporte para las nuevas piezas dentales (coronas, puentes o prótesis) que se colocan sobre ellos.

¿En qué consiste el proceso de implantología?
1. Diagnóstico y planificación
Se realiza un estudio previo de la situación del paciente mediante radiografías, TAC o escáneres 3D para evaluar el hueso disponible y la salud general de la boca.
2. Colocación del implante
En un procedimiento quirúrgico, se coloca el implante en el hueso maxilar o mandibular, realizando una pequeña incisión en la encía para acceder al hueso. Luego se espera un tiempo (según la calidad ósea del paciente) para permitir que el cuerpo integre el implante de forma segura (un proceso llamado osteointegración).
3. Período de integración
El implante debe permanecer en el lugar durante unos meses (normalmente entre 3 y 6 meses) para permitir que el hueso se adhiera bien al implante.
4. Colocación de la prótesis
Tras confirmar mediante radiografías y tecnología especializada el contacto real entre hueso e implante, se coloca una corona, puente o prótesis sobre el implante para restaurar la funcionalidad y la estética del diente perdido.
Tipos de implantes
1. Implantes de carga inmediata
Se colocan los implantes y una prótesis provisional casi de manera inmediata tras la cirugía, permitiendo al paciente tener dientes provisionales mientras los implantes se integran.
2. Implantes tradicionales
Este tipo de implante requiere un período de espera para la osteointegración antes de colocar la prótesis definitiva.
Beneficios de la implantología oral
- Restauración funcional: Recupera la capacidad de masticar y hablar con normalidad.
- Estética: Los implantes ofrecen un resultado natural, ya que simulan el aspecto de los dientes naturales.
- Durabilidad: Con el mantenimiento adecuado, los implantes pueden durar muchos años.
- Conservación del hueso: Los implantes ayudan a prevenir la pérdida ósea en la zona donde faltaba el diente, cosa que no ocurre con otras alternativas como las prótesis removibles.
¿Quién puede optar a un implante dental?
En general, cualquier persona que haya perdido uno o más dientes puede optar por colocarse un implante, siempre que tenga una salud bucal y general adecuada y suficiente hueso para alojarlo. En casos de hueso insuficiente, pueden realizarse procedimientos complementarios como injertos óseos o técnicas avanzadas de regeneración ósea, buscando siempre las opciones más mínimamente invasivas para el paciente.
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